Señor Dios mío, enseña a mi corazón
dónde y cómo buscarte, dónde y cómo encontrarte.
Señor, si tu no estas aquí, ¿donde te buscare ausente?
Si estás en todas partes, ¿por que nunca te veo presente?
Señor, escúchanos, ilumínanos, muestrate a nosotros.
Vuelve a darte a nosotros para que estemos bien:
sin ti estamos muy mal.
Ten piedad de nuestras fatigas, de nuestros esfuerzos: sin ti no valemos nada.
Enseñame a buscarte y muéstrate cuando te busco:
no puedo buscarte si tú no me enseñas,
ni encontrarte si tú no te muestras.
Que yo te busque deseándote y te desee buscándote,
que te encuentre amándote y te ame encontrándote.
San Anselmo de Canterbury
No hay comentarios:
Publicar un comentario