Dichoso, pues, aquel a cuya puerta llama Cristo. Nuestra puerta es la fe, la cual, si es resistente, defiende toda la casa. Por esta puerta entra Cristo. Por esto, dice la Iglesia en el Cantar de los cantares: Oigo a mi amado que llama a la puerta. Escúchalo cómo llama, cómo desea entrar: ¡Ábreme, mi paloma sin mancha, que tengo la cabeza cuajada de rocío, mis rizos, del relente de la noche!
San Ambrosio
Salmo 118: Dichoso el que cumple tu voluntad, Señor
Así es, creer en Cristo, depositemos nuestra Fe en El señor, que nos ayudara a vencer todo la maldad q se interponga entre nuestro camino.
ResponderEliminar" He aquí yo estoy a la puerta y llamo ". (JESUS a la Iglesia de Laodicea)
ResponderEliminar!!!Qué bonitos versos!!!!. Gracias, Jose, por estos saludos matinales. Bssss
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