Esperamos cuidadosa y prudentemente la repentina llegada del Señor para que, cuando llame a la puerta, nuestra fe esté despierta para recibir del Señor la recompensa. Que nuestra luz brille y resplandezcan las buenas obras, que nos lleve de la noche de este mundo a la luz y a la caridad eternas.
San Cipriano
Danos Señor la alegria de Tu Llegada y q estemos preparados para recibirte como Tu esperas d nosotros tus hijos!!
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