Madre, la luz, tu luz no se ha extinguido.
Madre, la voz, tu voz no se ha apagado.
Madre, la paz, tu paz nos ha dejado
como un beso al partir a dónde has ido.
Madre, nos velas. Tú no te has dormido,
siempre respondes a quien te ha llamado,
nos escuchas, estás a nuestro lado,
sentimos en nosotros tu latido.
Ahora que estás con Dios, tus ojos fijos
en él verán el rostro de tus hijos
y, ya sin llanto y sin dolor, cercanos,
nos guiará tu fuerza y tu ternura,
el testimonio de tu vida pura,
llevándonos, cual niños, de las manos.
Maria Madre de Dios y Madre Nuestra cual niños cogidos de Tu Mano llevanos siempre a la Luz de Tu Hijo Resucitado!!
ResponderEliminarHoy es su Gran Dia.
ResponderEliminarAdoremos.