miércoles, 3 de julio de 2013

Sé creyente y sé mi apóstol

Tu me buscabas siendo así que yo no estaba allí. Y yo conocía tu deseo a pesar de tu silencio. Antes de que me lo digas, yo sé lo que piensas. Te he oído hablar y,. aunque invisible, estaba junto a ti, cerca de tus dudas; sin hacerme ver, te he hecho esperar, para ver mejor tu impaciencia. Mete tu dedo en la marca de los calvos. Mete tu mano en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.

Basilio de Seleucia

1 comentario:

  1. Siempre estuviste a mi lado y yo sin enterarme, pero es preferible tarde que nunca.

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