Que manantial de seguridad tiene que ser para cada uno de nosotros saber que:
"el Señor me llamó desde el seno materno; en las entrañas de mi madre pronunció mi nombre" (Is 49,1).
Y oírle decir: " No temas..., te he llamado por tu nombre, tú eres mío" (Is 43,1).
¡Siempre hemos estado en el pensamiento y el corazón de Dios! Y el final será mejor:
" Al vencedor le daré... un nombre nuevo que nadie conoce, a no ser el que lo recibe" (Ap 2,17)
Manuel Iglesias Gonzalez
Definitivo Jose, y es asombroso aun, cuando nos damos cuenta que nuestro pasado eterno estuvo seguro en Cristo.
ResponderEliminarTremendo mensaje Dios bendiga tus sueños y te de un hermoso amaneser
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