Allí donde dos fieles están unidos, allí está la iglesia, pero la Iglesia es Cristo. Así pues, cuando tú abrazas las rodillas de tus hermanos, tocas a Cristo y es a Cristo a quien suplicas. Y cuando los hermanos, por su parte derraman lágrimas por ti, es Cristo quien sufre, es Cristo quien pide al Padre. Lo que pide el Hijo pronto está concedido.
Tertuliano
muy cierto. buenas noches.
ResponderEliminar!!!Ojalá,nos acordáramos siempre de estas palabras de Jesús!!!.., de su presencia en medio de nosotros.....no es un invento....es una realidad.....
ResponderEliminarCon solo dos o tres que te amemos de verdad Jesus, podemos cambiar el mundo!!
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